Historias de intervenciones desafortunadas
Te invitamos a conocer las historias de Manuela, Nicole y Carla: tres jóvenes que tomaron la decisión de someterse a intervenciones estéticas, enfrentándose a resultados inesperados.
Manuela Mesquida: el ácido hialurónico

A los 22 años, Manuela Mesquida decidió inyectarse ácido hialurónico en los labios para aumentar su volumen. Sin embargo, desarrolló una dependencia al producto que derivó en complicaciones: el ácido migró, provocándole hinchazón y una protuberancia de color violeta. A pesar de esta mala experiencia, un año después volvió a someterse al tratamiento, esta vez con otra médica.
Su decisión generó críticas en TikTok por la apariencia de sus labios y por arriesgarse nuevamente tras su primer fracaso. Ahora, Manuela enfatiza la importancia de investigar a fondo a los profesionales y considera las reseñas en Google y TikTok herramientas esenciales para tomar decisiones informadas.
Nicole Saiegh: la reducción mamaria
A los 19 años, Nicole Saiegh decidió someterse a una reducción mamaria para verse "más chiquita" y confió en el médico de su madre para realizarse el procedimiento. Aunque la operación se realizó sin inconvenientes, el posoperatorio fue complicado: los puntos se abrieron por retomar su rutina demasiado pronto, lo que resultó en cicatrices más grandes de lo esperado.
Años después, se sometió a una segunda cirugía para reducir nuevamente el busto y corregir las marcas. Esta vez, siguió estrictamente las indicaciones médicas, evitando esfuerzos y priorizando el cuidado, pero tuvo una gran complicación: un desgarro muscular del pectoral. Tuvo que realizarse una tercera cirugía de emergencia. Hoy en día se encuentra bien y está satisfecha con los resultados estéticos, sin embargo la situación le produjo un inolvidable terror.
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Carla Luna Abella: la rinoplastía

A los 17 años, Carla Luna Abella decidió someterse a una rinoplastía tras años de bullying por el tamaño y la forma de su nariz. Convenció a sus padres de financiar la operación, realizada con una técnica sin cortes externos. Sin embargo, el resultado no fue el esperado: su nariz quedó ligeramente asimétrica y con una punta poco natural.
Aunque lamenta no haber investigado más antes de la cirugía, Carla valora la tranquilidad que le dio el cambio. En el futuro, no descarta realizar una reconstrucción para corregir los detalles que aún no le convencen.